El financiamiento educativo es por este tiempo un aspecto clave: urge atravesar la contingencia con los menores índices de morosidad posibles y pensar acerca de los interrogantes que se abren a futuro.

¿Cómo pueden hacerle frente a la contingencia las instituciones escolares y cuáles son las perspectivas a futuro?

Es una realidad que las instituciones educativas, sobre todo aquellas que no cuentan con subsidios estatales de ningún tipo, no fueron incluidas inicialmente en los programas de ayuda económica que se largaron desde el Gobierno nacional.

Repasemos cuáles son las situaciones generales y cuáles las posibles vías de financiamiento a futuro.

El Impacto de la Pandemia en el Sector Educativo

El sector educativo ha sido uno de los más afectados por la crisis económica desatada por la pandemia de COVID-19. Las escuelas debieron adaptarse a toda velocidad a un contexto por demás inédito: sostener la escolarización a través de la virtualidad, de un día para el otro.

Sin embargo, la primera discusión que se dio fue acerca de si los colegios deberían seguir cobrando (o no) las cuotas del modo en que se lo hacía en la presencialidad.

Esto puso en evidencia el profundo desconocimiento que hay en torno a la administración de las escuelas de gestión privada. Incluso, cuando se trata de instituciones que cuenten con subsidios por parte del Estado, hay una gran cantidad de gastos que se solventan con las cuotas.

Ese porcentaje es absoluto en las escuelas sin subvención donde, además, es una realidad que los costos por salarios docentes pueden insumir hasta el 80% de la recaudación. ¿Cómo hacer frente a esta realidad, cuando el pago de las cuotas mensuales se ha visto muy resentido?

Los Gobiernos nacionales, provinciales y municipales pusieron el foco de atención en fortalecer el sistema de salud, en primer lugar, para luego ocuparse de la industria y el comercio.

Finalmente, pudo llegar la discusión acerca de la delicada situación de las escuelas de gestión privada y la penosa situación que atraviesan muchas de ellas.

Cuarentena: Llegó la Hora de Atender al Financiamiento Educativo

Luego de diversas negociaciones, se consiguió que los subsidios para el pago de salarios alcanzara a algunas escuelas privadas, aunque esto ha demandado arduas reuniones y un trabajo minucioso sobre el caso por caso, y hasta el compromiso del Ministro de Educación de la Nación, Nicolas Trotta, para destrabar algunos pagos.

En el mismo sentido, hay que destacar que muchos padres y tutores asumieron que la continuidad de la educación de calidad que aspiran para sus hijos, una vez que pase la pandemia, está sujeta a la supervivencia de las instituciones en este momento de crisis.

Con esto, se vieron grupos de Whatsapp donde los mismos padres se incentivan a cumplir con las cuotas escolares a la vez que se ocupan de asistir a las familias cuya situación económica se ha visto más afectada.

La Pandemia y los Factores que Inciden Sobre el Financiamiento Educativo

El GBM (Grupo Banco Mundial) —la mayor entidad de financiamiento de programas educativos para el mundo en desarrollo— estima que los próximos dos años serán críticos en materia de educación, en general, y financiamiento escolar, en particular.

Entienden que, sobre todo en los países en desarrollo, no solo se trata de capear las dos tormentas que significan la pandemia y las consecuencias económicas de esta, sino también ocuparse de los efectos que en el presupuesto escolar va a dejar esta contingencia.

El Desfinanciamiento Educativo

En primer lugar, es el propio Estado el que ha corrido el eje de atención en la agenda. Si la educación, en tiempos normales, suele quedar relegada, mucho más lo ha sido en un momento donde los sistemas de salud e industriales están al borde del colapso.

Será fundamental volver a poner la educación entre los temas prioritarios en todos los estamentos gubernamentales.

Más allá de los planes de intervención que se diseñen para paliar la profunda crisis económica que atraviesa el sector educativo, será primordial lograr consensos que garanticen la continuidad y supervivencia de las instituciones escolares. En este sentido el ejemplo perfecto viene de la mano de los jardines maternales y preescolares.

Aun cuando están contemplados en la Ley de Educación Nacional, en muchas jurisdicciones (Córdoba, por caso) operan bajo la normativa de comercio e industria, con todo lo que ello implica a la hora de acceder (o no poder hacerlo) a determinados beneficios diseñados para las instituciones escolares.

La Morosidad y el Impacto en el Financiamiento Educativo

Cuidar los índices de morosidad en este tiempo es clave. Las instituciones deberán estar preparadas para el regreso a clases. Sin una fecha precisa ni protocolos establecidos, con todo implica desde docentes instruidos en la nueva normalidad hasta los insumos de desinfección.

Es claro, sin embargo, que la realidad de cada institución refleja y da cuenta de la realidad que atraviesa a la mayor parte de las familias que lo componen. Por ello es de vital importancia mantener la comunicación, que los padres sepan que pueden optar por planes de pago, por ejemplo, o acceder a financiaciones especiales.

Afortunadamente, el trabajo que han hecho las instituciones para mantener la continuidad pedagógica a través de la virtualidad ha sostenido el vínculo familia-escuela por lo que ya no está en tela de juicio si corresponde o no el pago de las cuotas.

El Futuro de las Instituciones Educativas y el Financiamiento Educativo

Los avances que se den en materia de financiamiento educativo serán la clave de la continuidad de muchas instituciones educativas. Otro problema al que se enfrentan muchas de ellas tiene que ver con la migración a las escuelas de gestión pública.

De alguna manera, se trata de una carrera donde habrá de sobrevivir el que logre una mayor adaptación a la contingencia.

Para pensar el financiamiento educativo a futuro se requiere, en primer lugar, llevar la educación, y sobre todo el servicio que brinda y satisface la educación de gestión privada, a todos los niveles de Gobierno, pero además es fundamental la adecuada administración de los recursos.

Conclusión

La pandemia por COVID-19 dejará secuelas económicas gravísimas en todos los sectores de la sociedad. En el caso de las instituciones escolares esta afectación es doble: por un lado la continuidad pedagógica, por el otro el financiamiento escolar.

Llevar la educación a la agenda pública nacional es prioritario, pero además se requiere de instituciones que administren y gestionen sus recursos de la mejor forma posible.

No hay soluciones inmediatas ni propuestas claras, por lo que las escuelas, más que nunca, deben permanecer alertas y enfocadas en el derecho que satisfacen y la necesidad de garantizar continuidad a las familias que han confiado en ellas.

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