La gran mayoría de los niños y jóvenes de hoy se siente atraída por los videojuegos. De hecho, alrededor de ellos se han construido verdaderos universos de fanáticos y aprendices. A partir de esta realidad, implementar la gamificación en el aula podría resultar muy beneficioso.

En un contexto educativo, la gamificación no implica jugar por jugar. Por el contrario, la gamificación de la educación implica utilizar las mecánicas y el diseño de los juegos para trabajar contenidos que de otra manera serían difíciles de llevar al aula.

Como vemos, se trata de un abordaje didáctico que invita a la creatividad, a la complejización y resolución de problemas con el apoyo de la metodología STEAM, al trabajo en equipo y a la adquisición de valores centrales, como el de aprender a perder e intentarlo de nuevo.

Si estás pensando en implementar la gamificación en las aulas de tu institución, te invitamos a continuar leyendo este artículo. En él repasaremos todo lo que necesitas saber sobre esta nueva oportunidad de aprendizaje.

¿Qué es la gamificación?

La gamificación es una técnica de aprendizaje que implementa las mecánicas propias del juego dentro de un contexto educativo. Comenzó a utilizarse de manera experimental en algunos países de Europa, y a la fecha ha dado muy buenos resultados.

La gamificación apunta a la internalización de ciertos contenidos y capacidades mientras se está jugando. Esto lleva a una experiencia de aprendizaje positiva y constructiva en relación con las prácticas situadas y la resolución de problemas.

En la gamificación, se utilizan técnicas mecánicas y dinámicas para alcanzar los objetivos propuestos. Así, se motiva a los alumnos para un aprendizaje por competencias y habilidades y se incentiva su superación personal.

Técnicas mecánicas

La noción de técnicas mecánicas hace referencia a las formas de recompensar al jugador por los logros obtenidos. Entre ellas, encontramos:

• Acumulación de puntaje. Se le asigna un valor predefinido a cada acción, y se incentiva la acumulación de puntos a medida que se van superando hitos o metas.
• Superación de niveles. Así como los jugadores van superando niveles, un problema grande puede resolverse a partir de instancias menores. En otras palabras, las metas parciales ayudan a completar el nivel.
• Obtención de premios. Se coleccionan premios según los logros alcanzados.
• Regalos. Se trata de premios automáticamente ganados por el alcance de ciertos objetivos.
• Ranking/clasificación. Los jugadores forman parte de una clasificación según el puesto en el que finalizaron el juego.
• Retos/misiones. Se proponen objetivos bien definidos, para cumplir individualmente o en equipo
• Desafíos. Se incentivan las competencias entre los alumnos para obtener puntos.

Técnicas dinámicas

Estas técnicas, por su parte, hacen referencia a la motivación personal de cada alumno en relación con el alcance de los objetivos. Estas son:

• Sistema de recompensas. Motiva la continuidad de la participación en el juego en vistas a la obtención de un beneficio.
• Sistema de estatus. Establece una jerarquía social dentro del juego, que compromete a los alumnos a superar desafíos para alcanzar un estatus mejor valorado.
• Sistema de logros. Motiva la superación personal o grupal.
• Sistema de competencias. Favorece la participación activa y la superación de límites personales y grupales, por el simple afán de participar y alcanzar ciertos resultados.

La gamificación es una estrategia didáctica que busca incrementar el nivel en el que los alumnos se involucran con el contenido, a fin de propiciar aprendizajes significativos.

A nivel didáctico, la gamificación promueve aprendizajes mayormente vinculados con el área social y volitiva. En este sentido, apunta hacia el trabajo en equipo, la cooperación y la solidaridad.

Beneficios de la gamificación en el aula

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Ahora bien, ¿cuáles son los beneficios de la gamificación como estrategia para el aprendizaje escolar? Veamos:

• Propicia la motivación. El juego resulta apasionante para todos los niños y jóvenes. Mediante la gamificación como herramienta didáctica, se instala un tipo de motivación más personal, muchas veces vinculada con la resolución de problemas y prácticas situadas y de inquietudes personales.
• Permite la comprensión de conceptos mediante la experiencia. La gamificación puede implementarse en todas las áreas de estudio, y resulta especialmente útil para enseñar los contenidos más abstractos o complejos.
• Incrementa la atención y la concentración. Cuando los alumnos se encuentran motivados y asumen una posición activa respecto del proceso de aprendizaje, tal como la que promueve la gamificación, mejoran sus niveles de atención y concentración.
• Mejora el rendimiento académico. Si hay motivación, participación activa, atención y concentración, aumentan las probabilidades de aprender y alcanzar los objetivos académicos.
• Favorece las habilidades sociales. En un contexto escolar, la gamificación fomenta la cooperación entre compañeros y la solidaridad para alcanzar metas comunes.
• Facilita el buen uso de los videojuegos. El uso de los videojuegos con fines de entretenimiento exclusivos puede ser adictivo. Incluso, ha sido considerado un problema de salud mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Llevar esta herramienta hacia el ámbito educativo permite poner su uso en valor y educar acerca de que el problema no es el producto sino su consumo indiscriminado.
• Promueve el uso de las TIC. En educación, las TIC constituyen un conjunto de herramientas facilitadoras de un tipo de aprendizaje mediado por las tecnologías. Pero además, el uso escolar de las TIC inaugura un espacio de aprendizaje que va más allá de las herramientas en sí y que tiene que ver con la apropiación de un modo de estar en el mundo.

La gamificación trae al aula un modo de desarrollar contenidos y aprendizajes pensados para “aprender a aprender”.

Correctamente empleada —y sostenida por objetivos concretos—, la gamificación contribuye con un proceso de enseñanza y aprendizaje eficiente y de calidad.

Objetivos de la gamificación

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Como objetivo general, la gamificación persigue un aprendizaje lúdico de los contenidos escolares. Para ello requiere, previamente, de la internalización de las reglas del juego y del sostenimiento de la participación activa del alumnado.

Pero además, propone otros objetivos más específicos, como la fidelización del alumno respecto del contenido; el aumento de su motivación para el aprendizaje; y la realización de tareas que apuntan hacia las recompensas (algo especialmente útil cuando resultan más complicadas o desmotivantes).

La gamificación enriquece las experiencias de los estudiantes para promover un aprendizaje significativo de los contenidos, que no pierde de vista otro tipo de enseñanzas como las habilidades y los valores sociales.

No obstante, hay un aspecto referido a la gamificación que resulta fundamental: lo que permitirá decidir cuándo esta herramienta constituye un abordaje posible y cuándo no es el criterio docente. No todas las estrategias son aplicables en todos los contextos, ni tampoco para cualquier contenido.

Importancia de incorporar la gamificación en las instituciones educativas

Como dijimos, cada docente —en el marco de una institución educativa y considerando a un grupo de estudiantes específico— decidirá cuáles técnicas, herramientas y estrategias pedagógico-didácticas serán más convenientes para abordar los contenidos.

Sostener la atención, generar motivación, asegurar un aprendizaje constructivo y llevar la tecnología al aula siempre implican desafíos, para la docencia en general y para las escuelas en particular.

La gamificación constituye una opción muy prometedora que ofrece numerosos beneficios en relación con las demandas sociales a las que se enfrentan los estudiantes en la actualidad.

Incorporar contenidos jugando, aprender a esforzarse para alcanzar metas y objetivos y competir en equipo son algunas de las posibilidades que habilita la gamificación como experiencia pedagógica.

El uso educativo de los videojuegos no solo permite que ingrese en el aula un nuevo modo de aprender, sino que también ofrece la oportunidad de instalar discusiones acerca de cómo podemos valernos de las nuevas tecnologías para la resolución de problemas cotidianos.

¿Cómo implementar la gamificación?

A partir del concepto de gamificación, pueden proponerse actividades —para el aula o el hogar— con requisitos de diferente nivel. Así, encontramos desarrollos más costosos, con programas y equipos específicos, y también soluciones más ajustadas al presupuesto.

Por ejemplo, el famoso Angry Birds puede ser usado para materias como Física o Matemática, mientras que SimCity puede ayudar a comprender contenidos propios de Ciencias Sociales.

Asimismo, son muchas las plataformas académicas que se ocupan de apoyar el trabajo docente mediante herramientas para la gamificación. Estas aplicaciones abarcan todos los niveles de enseñanza y contribuyen con todas las áreas del conocimiento, como idiomas, emociones, alimentación, química, etcétera.

Algunas de estas aplicaciones, son:

• Super teacher tools: promueve juegos de preguntas y respuestas simulando programas de televisión famosos, como ¿Quién quiere ser millonario?
• Phet Interactive simulations: esta plataforma de la Universidad de Colorado cuenta con simulaciones interactivas para abordar contenidos de Física, Química, Matemática, Ciencias de la Tierra y Biología. Para cada área de estudio se ofrece una diversidad de contenidos aplicables mediante juegos de simulación, en muchos casos con las traducciones correspondientes.
• Ta-Tum: esta plataforma diseñada para motivar la lectura está destinada tanto al nivel primario como al secundario. El juego convierte a los alumnos en detectives que deberán resolver los diferentes misterios que se presentan en cada lectura.

Conclusión

La gamificación constituye una técnica de aprendizaje que utiliza las mecánicas propias del juego en contextos educativos. Esta herramienta se revela como una potente elección didáctica en un momento histórico en el que las tecnologías forman parte de la vida cotidiana.

Además de ser una estrategia efectiva desde lo pedagógico, utilizar videojuegos con fines educativos permite instalar importantes discusiones acerca de la relación entre tecnología y sociedad.
La gamificación, entonces, aporta innovación y actualiza las discusiones siempre vigentes en el ámbito escolar acerca de la calidad educativa a la que aspiramos.

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