Los grupos de Whatsapp se utilizan a diario para la vida personal, pero poco a poco han ingresado al ámbito educativo y puede representar una amenaza para los colegios.

La tecnología ha llegado para quedarse y junto a ella múltiples formas de comunicación. Existe una nueva ola de tecnologías utilizadas para interrelacionarnos: videollamadas, mensajería instantánea, redes sociales, entre otras, en donde el foco está puesto en interconectar las personas de forma fácil para que puedan compartir contenido.

La tecnología permite que podamos comunicarnos de manera instantánea pese a la distancias y diferencias horarias. Así, podemos estar en contacto con nuestros familiares que viven en otro país y también con aquellas personas con las que no coincidimos para reunirnos.

La tecnología también ha cambiado la forma de interacción entre las familias y las Instituciones educativas, permitiendo que se integren profundamente y se mantengan más actualizados.

Los padres, quienes no siempre cuentan con el tiempo para acercarse a la Institución, suelen estar desinformados sobre las actividades o novedades escolares. Whatsapp o Facebook suelen ser la primer opción para contrarrestar esto y tratar de crear un vínculo más cercano. La mayoría de las Instituciones se enfrentan a este desafío con muchas interrogantes al respecto: ¿debemos liderar este proceso comunicativo? ¿debemos controlar el fenómeno de los nuevos mecanismos comunicacionales? ¿cómo y cuándo debemos hacerlo?

Uno de los medios más elegidos para arribar esta problemática son los “grupos de Whatsapp”. WhatsApp es una aplicación de mensajería que envía y recibe mensajes utilizando Internet. Además de utilizar la mensajería en modo texto, los usuarios pueden enviar imágenes, videos y audios.

En los colegios encontramos dos tipos de grupos de WhatsApp:

1. Grupos utilizados como canal oficial de la Institución que busca acercar a las familias al colegio, y pese a su informalidad, es una buena forma de compartir novedades de manera instantánea, evitando repetir los mensajes de manera individual para cada padre. Estos grupos suelen estar liderados por los miembros de la misma Institución (profesores, directores, preceptores).
2. Y grupos creados por los propios padres, que empiezan como un canal ágil, rápido e informal para compartir inquietudes de la educación de sus hijos y pueden terminar en grupos en donde el contenido es poco enriquecedor y prima el caos.

La razón por la que suelen abrirse estos grupos es para solucionar la falta de información que pueden llegar a tener algunos padres con poco tiempo para acercarse a la Institución o dar seguimiento a las notas enviadas en los cuadernos de comunicados.

Estos grupos son funcionales porque:

• Ahorran tiempo
• Permiten la bidireccionalidad en el caso de Padre – Institución, es decir, los padres pueden responder, consultar y profundizar sobre los aspectos que deseen.
• Es un canal ya utilizado de forma personal y no requiere mayor esfuerzo extender su uso para el fin anteriormente mencionado.

La gran preocupación de los Directores es que se está dando un mal uso de este canal. Los malos hábitos y la falta de regulación y control resulta en un uso inapropiado y puede derivar en malentendidos y discusiones. El control de las agendas escolares de los hijos, las críticas entre los padres e inclusive las críticas a la Institución y su personal son algunos de los principales problemas de este canal.

Para que el uso de un medio de comunicación sea constructivo debe darse dentro de un marco Institucional, o al menos regulado, con normas claras, una temática enfocada y una gestión permanente, para facilitar la comunicación y no entorpecerla.

Hay una brecha en la comunicación entre las familias y las escuelas que debe abordarse de forma planificada, entendiendo que hay temáticas que pueden tratarse por un canal digital, y otras que deben tratarse personalmente, siendo éstas irremplazables por la tecnología hasta el momento.
Frente a esta situación la pregunta sería: ¿se debe volver a la tradicional agenda escolar? Creemos que no, que ésto implicaría un retroceso.

La tecnología ha generado que los padres tengan mayores herramientas para permanecer informados sobre la cotidianeidad de sus hijos en la Institución, y es fundamental atender a esta inquietud.

Es necesario que haya bidireccionalidad en el vínculo, y también que los directivos se encuentren involucrados en este proceso para garantizar que se estén transmitiendo los valores Institucionales y que la comunicación se encuadre en determinadas normas.

Una potencial solución, es liderar este fenómeno, buscando aplicativos móviles que permitan generar esta sinergia comunicacional con los padres y fortalecer los vínculos con la comunidad. Contanos tu experiencia y opinion en el tema a continuación: